miércoles, 20 de abril de 2011

Ayer tuve la oportunidad de asistir a una de esas situaciones que los sevillanos denominan históricas. Creo que ni la NASA maneja tantos informes meteorológicos como las cofradías sevillanas en días de climatología cambiante. Ayer, las cofradías fueron informando una tras otra de su decisión de no procesionar las imágenes por razón de la lluvia hasta que, a las ocho de la tarde la hermanndad de "La bofetá" determinó que saldría de su templo. Salir la primera imagen y desplomarse el cielo en forma de lluvia fue todo uno.
Recordé el último libro que leí de Saramago: parece que dios sea del enemigo.
Da para mucho un suceso de este tipo y deja entrever el auténtico espíritu popular de esta ciudad

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