viernes, 29 de abril de 2011

Abrazo 1


Como dije, mando un abrazo con las palabras de Luis Cernuda. Desearía que fuese tan dulce como el afán con que os lo ofrezco.

Unos cuerpos son como flores...







Unos cuerpos son como flores,
otros como puñales,
otros como cintas de agua;
pero todos, temprano o tarde,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre.

Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento,
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino
que cruzan al pasar los pies desnudos,
muero de amor por todos ellos;
les doy mi cuerpo para que lo pisen,
aunque les lleve a una ambición o a una nube,
sin que ninguno comprenda
que ambiciones o nubes
no valen un amor que se entrega.

jueves, 28 de abril de 2011

Printemps


Las mujeres de mi casa (en mi vida también están Chari, mamá y la abuela Teresa), me han dedicado un abrazo, a esas horas en que la falta de consciencia hace que nuestros actos sean espontáneos. Hoy han sido más bienvenidos.
He leído con interés primero y con entrega hasta el final, el discurso que Ana María Matute pronunció durante la entrega del Premio Cervantes que le ha sido concedido. Con entrega, digo, porque la dulzura que destila se ha adueñado instantáneamente de mi. Blandito como estoy, receptivo, éste de hoy es de esos días que uno necesitaría que el mundo al completo, al menos la gente que uno considera imprescindible a su lado, quizás no haya más mundo al otro lado, fuesen pasando en perfecta fila india, para dar un abrazo cálido, dulce, verdadero, necesario... Inesperadamente ha sido una señora de más de ochenta años, a la que no conozco salvo por sus "invenciones", quien ha venido a ofrecérmelo.
No ha dejado de sorprenderme cuando dice que con El Quijote lloró por primera vez leyendo un libro. Yo, que lo leí en la edición de Austral, fundamentalmente de madrugada, (siempre he pensado que a ello debo mi miopía y la fortuna de llevar gafas) aún recuerdo a mi madre viniendo a mi cuarto a decirme que apagase la luz y me durmiese, que ya eran las tantas y había que madrugar, después de preguntarme "¿de qué te ríes tanto?".
Mi amigo Jose (así, sin tilde), me ha regalado unas fotos de su patio, perfectamente engalanado, con motivo del festival de los patios cordobeses. Inmediatamente he dejado de lado lo que estaba haciendo y durante unos minutos me he dejado acariciar por las gitanillas, los pacíficos, las rosas, los jazmines y sobre todas las glicinias.
En cuanto tenga tiempo, me lanzaré a buscar en la red a ver si lo encuentro, el nuevo disco de Dulce Pontes. Casi seguro que encontraré otro abrazo.
Prometo que mañana pasaré todo el día dando abrazos.

lunes, 25 de abril de 2011

¿de qué?

Me cuenta una amiga. La escucho con atención. Cuando termina, me pregunto:
¿De qué materia está hecho el amor, que lo damos a quien no lo merece y lo hurtamos a quien con creces nos devuelve el que con cicatería le ofrecemos?
O quizás sea más justo preguntar: ¿de qué materia está hecho el corazón de los seres humanos?

miércoles, 20 de abril de 2011

Ayer tuve la oportunidad de asistir a una de esas situaciones que los sevillanos denominan históricas. Creo que ni la NASA maneja tantos informes meteorológicos como las cofradías sevillanas en días de climatología cambiante. Ayer, las cofradías fueron informando una tras otra de su decisión de no procesionar las imágenes por razón de la lluvia hasta que, a las ocho de la tarde la hermanndad de "La bofetá" determinó que saldría de su templo. Salir la primera imagen y desplomarse el cielo en forma de lluvia fue todo uno.
Recordé el último libro que leí de Saramago: parece que dios sea del enemigo.
Da para mucho un suceso de este tipo y deja entrever el auténtico espíritu popular de esta ciudad

lunes, 11 de abril de 2011

en tu bar o en el mío

Desayunar al sol de primeras horas de la mañana es un auténtico placer.
Si además se tiene la oportunidad de hacerlo junto a alguien de conversación agradable, interesante, sosegada, alcanza un grado de satisfacción que puede hacer que el resto del día trascurra mejor. Pueden darse cualquiera de las características a que aludo o varias de ellas a la vez.
Es fundamental no hablar de trabajo. Mentarlo apenas, ya supone un aviso de que no se va por buen camino. Conviene rectificar cuanto antes.
La otra cara del desayuno, la otra posibilidad, es hacerlo en solitario.
Ni se me pasa por la cabeza desayunar con alguien que no me satisface. Conozco excusas más que suficientes y ni la edad, ni el ánimo me permiten pensar en esa eventualidad.
En solitario, es común que nos demos prisa por conseguir un diario, de los gratuitos si no hay otra cosa, y parapetarnos tras de él o enarbolarlo frente a los otros como si en las páginas que ven los que nos rodean, apareciese un rotundo "NO MOLESTEN".
Curioso contraste. Entre los dos tipos de desayuno digo. Porque todo el sosiego que produce áquel, dista mucho del encabronamiento que uno suele sacar como provecho de la lectura de la prensa. Lo que hace aún más ininteligible la tensión que se nota en un bar, cuando varios individuos aspiran a conseguir el único diario que posee un tercero, al que miran evaluando cuánto le queda para terminarse el último bocado de "jamonyó"; cuando en los inquisitivos ojos se puede leer claramente "¿cuándo piensa acabarse el café o es que no sabe que el café frío está malo?".
Por eso, si desafortunadamente no consigo encontrar a alguien con quien desayunar, y aseguro que me esfuerzo, lo hago solo y me dedico a mirar a quienes me rodean que es mucho más divertido y castiga menos el corazón.
Por cierto... ¿quieres desayunar conmigo mañana?

regalo de lunes

Hoy, tras la nostalgia del fin de semana, que lejos queda, parece que en otro país, me apetece regalarte esto...