miércoles, 1 de julio de 2009

¿bromas con el vivir? no, gracias

Tengo un buen amigo que está pasando por dificultades. Su salud, que siempre fue la envidia de muchos de nosotros, de un día para otro, se complicó. Fue sometido a una intervención quirúrgica casi de urgencia y su movilidad y algunas de sus facultades sensoriales se han visto notablemente mermadas. Él es un tipo fuerte mentalmente y siempre ha sido bastante disciplinado, con lo cual su actitud le ayudará bastante a superar la situación. En ello está, a pesar del lógico desánimo que estas situaciones producen.
Un educador, maestro por más señas, me comentaba hace unos días mientras al fresco nocturno de la Alameda de Hércules tomábamos unas cervezas, que él siempre ha sido de los que nunca terminan de estar satisfechos de lo que consiguen. Este comentario venía a cuento de mi intento de convencerle de lo bien que había resultado el trabajo que como tutor, había llevado a cabo en su centro de enseñanza. Es un tipo curtido en numerosas y complicadas batallas con el alumnado a lo largo de su larga carrera profesional.
Ambas actitudes me han rondado el pensamiento en los últimos días, haciéndome cavilar cuando me quedo solo.
No sé si se trata de algo común, inherente quizás al ser humano y quién sabe si el motor de la evolución, esta terrible zozobra de qué hay algo más allá, algo por conseguir aún, o si por el contrario no es más que una excusa en la que se refugian los "piterpanes" que no consiguen madurar.
Desde luego, mi amigo, como bien propone Nazim Hikmet, parece que se plantea cada día como si vivir no admitiese bromas.
Os dejo el poema entero en otra entrada, para que podáis disfrutarlo con calma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario