domingo, 13 de noviembre de 2011

11-S

A pesar de lo que decía mi horóscopo, no me ha tocado la lotería, ni siquiera por haber puesto el cupón junto a una hoja de laurel, que parecía la condición única para conseguirlo además claro, de haber nacido bajo el signo de Tauro.
Pero desde que leí las primeras líneas tuve la sensación de que aquellas palabras comportaban una casualidad muy semejante a la de la suerte, buena o mala.
Nada más recoger los efectos personales de aquella mujer, ese papel me llamó la atención. El cuaderno o el diario o lo que fuera, estaba sucio, polvoriento y un poco ajado, pero todas la hojas se habían mantenido sujetas, menos aquella.
No acostumbro a quedarme con nada de lo que recogemos durante el trabajo porque tengo la íntima convicción de que tiene mal fario, aparte de las consideraciones morales. Pero aquel día, ya de vuelta, cuando bajé de la ambulancia con la bolsa de sus pertenencias, no pude evitar deslizar mi mano en su interior, coger el dichoso papelito y meterlo en el bolsillo de mi camisa. Total era un papel, no más importante que una nota de la compra, como un teléfono anotado en una servilleta. Seguramente nadie lo necesitaría ni lo echaría de menos. Desde luego su dueña no.
"Hace calor. Me gustaría estar con él ahora. Lo echo de menos. No sé si podré aguantar los dos meses. Pero se lo he prometido. Confío en él, sé que lo hará, esperaré. 11/09/2011 Bolonia. Cádiz

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